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¿Cuál es la presión adecuada para los neumáticos?
¿Por qué es tan importante mantener la presión correcta en los neumáticos?
La presión de los neumáticos es un aspecto esencial del mantenimiento vehicular que a menudo pasa desapercibido. No obstante, mantenerla en niveles adecuados puede marcar una gran diferencia en la seguridad, el rendimiento del vehículo, el consumo de combustible y la vida útil de las llantas. En este artículo, abordaremos las preguntas más frecuentes sobre el tema para ayudarte a comprender su importancia y asegurarte de que tu vehículo siempre esté en óptimas condiciones.
Importancia de la presión adecuada
El aire dentro de los neumáticos no solo sostiene el peso del vehículo, sino que también influye directamente en su desempeño. Cuando la presión no es la adecuada, surgen una serie de problemas que pueden comprometer la seguridad al volante.
Una presión baja, por ejemplo, hace que aumente la fricción del neumático contra el pavimento. Esto no solo genera un mayor desgaste, sino que incrementa el consumo de combustible y puede causar un sobrecalentamiento, lo cual lleva al temido reventón. Por el contrario, una presión demasiado alta reduce el área de contacto con la carretera, disminuyendo la tracción y afectando negativamente el frenado.
Además, una presión incorrecta altera la distribución del peso sobre la banda de rodadura. Esto provoca un desgaste desigual que reduce significativamente la vida útil del neumático y puede desequilibrar el vehículo, afectando su estabilidad y la precisión de la dirección.
¿Cuál es la presión recomendada y dónde puedo encontrarla?
La presión adecuada varía dependiendo del tipo de vehículo, el tamaño del neumático, la carga transportada y otros factores. Por ello, no existe una cifra única que aplique a todos los automóviles. En general, la mayoría de los turismos manejan rangos de 30 a 35 PSI (libras por pulgada cuadrada).
Para conocer la presión exacta que debe tener tu vehículo, es importante revisar las recomendaciones del fabricante. Esta información suele estar disponible en los siguientes lugares:
- Manual del propietario.
- Etiqueta en el marco de la puerta del conductor.
- Tapa del depósito de combustible.
- Dentro de la guantera.
Es crucial señalar que algunos vehículos requieren diferentes niveles de presión para las ruedas delanteras y traseras. También es posible que se indiquen valores distintos para condiciones normales de carga y para viajes con el vehículo completamente cargado.
Evitar la suposición y seguir estas indicaciones precisas permite conservar la geometría del neumático, optimizar el rendimiento y asegurar una conducción más segura.

¿Cada cuánto debemos revisar la presión de los neumáticos?
La revisión de la presión debe convertirse en una práctica habitual, y no algo que hagamos únicamente antes de un viaje largo. Se recomienda verificarla al menos una vez al mes y antes de recorrer trayectos extensos.
La presión de los neumáticos puede cambiar por diversas razones:
- Temperatura ambiental: Por cada descenso de 10 °C, la presión puede reducirse aproximadamente 1 PSI.
- Pérdida natural de aire: Incluso sin pinchazos, los neumáticos pierden presión lentamente con el tiempo.
- Cambios de altitud: Al subir o bajar de altitud, se modifica la presión atmosférica, lo que también afecta la presión interna de los neumáticos.
Al hacer la revisión, lo ideal es medir la presión cuando los neumáticos estén fríos, es decir, cuando el vehículo ha estado detenido por al menos tres horas o se ha recorrido una distancia menor a tres kilómetros a baja velocidad. Medirlos en caliente podría arrojar valores artificialmente altos debido a la expansión del aire por el calor.
Herramientas y consejos para controlar la presión
La forma más eficaz de verificar la presión es utilizando un manómetro o medidor de presión. Los hay digitales y analógicos, y están disponibles tanto en estaciones de servicio como en tiendas especializadas. Algunos vehículos modernos incluso incluyen sistemas de monitoreo de presión (TPMS), que alertan al conductor si se detecta alguna anomalía.
- No olvidar la llanta de repuesto: También debe revisarse periódicamente para evitar sorpresas desagradables.
- No confiar únicamente en la apariencia: Un neumático puede parecer inflado visualmente y aún así estar por debajo de lo recomendado.
- Evitar inflar “a ojo” en estaciones de servicio: A veces los compresores públicos no están bien calibrados.
- Ajustar según la carga: Si vamos a llevar más pasajeros o equipaje de lo habitual, es recomendable inflar un poco más los neumáticos dentro del rango sugerido.
Mantener la presión adecuada en los neumáticos no es solo una recomendación técnica, sino una práctica esencial para conducir con seguridad, eficiencia y confianza. Al conservar la presión óptima, estamos cuidando nuestra inversión, reduciendo costos a largo plazo y, sobre todo, protegiendo vidas.
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